miércoles, 31 de marzo de 2010

Hasta pronto

Me parece que fue ayer cuando me quedé sola en el aeropuerto de N´Djamena y me comencé a llorar, pero ya han pasado casi tres semanas. He vivido los últimos seis meses en Chad, entre Laï y Kélo y el resultado ha sido la mejor experiencia de mi vida. A pesar de la distancia física que ahora me separa de Chad, ni quiero ni puedo pensar que me haya alejado de allí, pues como sabéis, el contacto es continuo y mis recuerdos de vosotros constantes. Puedo decir que a ratos, y supongo que me pasará siempre, sigo más allí que aquí.
Esta experiencia me ha acercado al mundo reaal, mundo que desconocía con anterioridad, ha pesar de lo leído y estudiado. Durante todo este tiempo he aprendido a vivir con vosotros, con vuestras tradiciones y costumbres. Mi estancia me ha enseñado lo que significa realmente compartir, porque lo habeis hecho conmigo, a valorar las cosas sin mirar su precio, a relativizar mis necesidades en función de las de los demás y a comprender que vuestra solidaridad es una de las formas más bonitas de expresar el cariño.
Los primeros días fueron complicados, como he reconocido en otras ocasiones, incluso estuve asustada. No sabía que era lo que me iba a encontrar realmente, pues aunque te cuenten experiencias ajenas, no te haces una idea completa de lo que te espera hasta que lo ves. Y cuando lo ves, siempre hay situaciones o imágenes que resultan duras. Pero esas cosas y experiencias, me han servido para hacerme crecer. Tampoco las borraré de mi memoria.
Enseguida me fui adaptando al clima y los niños me ayudaron a hacerme con el resto. La convivencia continua con ellos, los juegos, los bailes y algún partido de fútbol usando unos viejos calcetines como pelota me ayudaron. Eran pequeñas cosas que aún daban más sentido a estar allí.
Durante todos estos meses he realizado un trabajo del que he aprendido y que, espero, haya sido un granito de arena. Hicimos, como sabéis, una auditoría de las Cajas de ahorro. Además, la posibilidad de ofrecer pequeños créditos que mejoren o al menos faciliten el acceso a la educación o que originen y mejoren actividades generadoras de recursos para las familias dibuja como mínimo, un futuro más esperanzador.
Me llevo todo lo vivido y a todas las personas a las que he conocido, de las que he aprendido muchísimas cosas. Cada uno me habéis enseñado algo. Admiro vuestra manera de ser y de llevar los malos momentos, vuestro colectivismo, la forma de acogernos y la vida en la calle, la forma de luchar por superar los problemas que aparecen día a día, pues muchas veces los días eran obstáculos difíciles de superar para muchas familias, y admiro la forma de disfrutar cada pequeña cosa y lo difícil que os resulta, a pesar de las dificultades, perder la sonrisa.
Da igual donde estés y la cultura que tengas, pues en el contacto diario con las personas, te das cuenta de que esos mismos problemas los sufriríamos todos si tuviésemos la misma suerte, y al final, todos, disfrutamos de lo mismo y nos entristecemos por lo mismo. Juntos veíamos un partido o disfrutábamos con una cerveza y nos apenábamos si recíbiamos malas noticias de un conocido.
Es cierto que aún queda mucho por hacer pero gracias a todas las personas que nos apoyáis y dedicáis vuestro tiempo a esto, muchos toda la vida, la situación mejora. Como dice Carlos, nuestros Estados han tardado muchísimos años en construirse y no debemos pretender que las cosas mejoren tan rápido en Estados que comienzan a desarrollarse desde hace apenas cincuenta años. Además, pienso que hay muchísimas cosas que no deben cambiar y desde luego, que nosotros no somos el modelo a seguir. Los temas que preocupan son la sanidad, la lucha contra algunas enfermedades, la educación, la corrupción o la economía, que aún necesitan desarrollarse. Pero, ¿en que país no existen problemas de este tipo?
Quiero despedirme con un hasta pronto y dando muchísimas gracias. Gracias a los que estáis allí, muchos toda la vida, a los que estáis aquí y a quienes me habéis dado esta oportunidad. Como dije cuando me despedía de algunos, guardare estos meses en la cabeza y en el corazón, pero no tengo claro en que porcentaje...

1 comentario:

  1. ¡Hola Sara!

    Las semanas van que vuelan y, aunque entramos cada día para ver si hay un nuevo post o más fotos, nos ha costado encontrar el momento para sentarnos y escribir unas líneas. Sabemos de vosotros a través del teléfono o vía mail pero, de la misma manera que entramos en chadane esperando tener noticias vuestras, suponemos que vosotros también esperáis encontrar nuestros comentarios cuando entráis.

    Sara, ya vemos que a ti también te ha costado volver. Es curioso. Vuelves a casa; a lo que conoces de siempre, a la comodidad, a la abundancia... Has estado un largo tiempo lejos; en un lugar extraño, rodeada de incomodidades, de dificultades, de situaciones extremas... ¡Y lo hechas de menos! Está claro que -como a Raquel, como a Manu y Mariu, como a nosotros...- , ¡a ti, África también te ha enganchado!

    Es cierto que nosotros podemos aportarles muchas cosas. Vuestro trabajo allí ha sido y es importante y valioso para ellos, y para su futuro. Pero, como dices, también podemos aprender mucho de esos ojos que te miran con curiosidad, de esas enormes sonrisas, de esa generosidad con la que comparten lo poco que tienen, de ese coraje ante las adversidades...

    Desde aquí queremos agradecerte este tiempo que has dedicado a nuestros proyectos, que son los suyos. Tu ilusión, tu dedicación, los buenos y los malos momentos, … El trabajo bien hecho. Desde ADANE, ¡un montón de besos grandotes y de gracias en nombre de todos y todas!

    Javi: besotes. El próximo te lo dedicamos a ti. :-)

    Francesc y Mireia

    ResponderEliminar