jueves, 12 de noviembre de 2009

Nuestros vecinos

Esta semana hemos decidido dedicar nuestras palabras a la gente que nos rodea, pero no sin antes deciros que seguimos muy bien, y volviendo a agradecer la oportunidad que nos habéis dado de poder vivir una experiencia tan enriquecedora tanto a nivel personal como laboral. Cada día aprendemos muchas cosas nuevas que sin estar aquí no podríamos conocer.

A menudo en nuestras crónicas venimos hablando de nuestros pequeños vecinos. A cualquier hora podemos encontrárnoslos en la puerta de nuestra casa para dedicarnos unos minutos. Debido a esto, llevamos mucho tiempo preguntándonos porque están tanto tiempo en la calle, ¿no deberían estar en el colegio?

La educación en Chad sigue las directrices del sistema francés, pero existen numerosas dificultades, principalmente por el acceso a la misma, ya que la tasa de natalidad es muy elevada y los problemas económicos dentro de las familias a menudo son muy comunes.

Un número elevado de la población se dedica al comercio o la agricultura y en determinados momentos las cosechas, dependientes en gran parte de la climatología, pueden llegar a ser muy irregulares. Como consecuencia de esto, las familias atraviesan situaciones económicas muy difíciles y los gastos escolares pueden llegar a ser una carga importante para la economía de la familia. Cuando esto sucede la situación se vuelve mucho más complicada, los hijos no pueden acudir a las escuelas y deben ayudar a mantener a la familia realizando cualquier tipo de tarea de manera que puedan obtener ingresos.

Otro de los factores que influye en el problema es el papel de la mujer en la sociedad. Destinada a realizar las labores del hogar y a atender a un marido y unos hijos que tendrá realmente joven, impidiéndole estudiar o continuar sus estudios si ya los había empezado. Viéndose así, fuertemente afectada.

Respecto a la tasa de natalidad, debemos decir que es una de las más elevadas del mundo y la esperanza de vida se sitúa en tan solo 48 anos. Todos estos factores hacen que nos situemos en un país muy joven, la mitad de la población tiene menos de 15 anos y las escuelas públicas se encuentran desbordadas por el elevado número de niños en edad escolar y por tanto resultan escasas.

Es significativo, para entender la situación de la educación en este país, hacer referencia a algunas de las cifras que estudios relativamente recientes en esta materia nos muestran. Los gastos públicos en educación representan alrededor de un 2% del total del PIB del país.

El resultado es una alta tasa de analfabetismo, 34% en hombres y 60% en mujeres aproximadamente, que como hemos dicho, no solo es provocado por la falta de infraestructuras sino que influyen muchos otros factores.

Un profesor nos dijo una vez que los pilares fundamentales para el desarrollo de un país son la educación, la tecnología, y la iniciativa empresarial de los individuos. Pero creemos que realmente la más importante y base de las otras dos es la educación, sin ella resulta difícil alcanzar las demás.

Como consecuencia de todo lo que os contamos, existe una tasa de escolarización del 75% en la zona sur del país y de tan solo un 8% en la zona norte, más desértica y nómada.

A menudo son algunos de los padres los que han intentado paliar el problema, que, formando asociaciones, creaban “escuelas espontáneas”, en cabañas o chamizos y contrataban a profesores que ellos mismos pagaban, pero dadas las escasas posibilidades que estos tienen, en muchas escuelas se contrataba a personal no cualificado y otras finalmente se abandonaban por falta de recursos.


También en la actualidad el Estado, impulsado por las asociaciones de padres y por la Iglesia católica, ha aceptado establecer relaciones con ambas y se van fundando escuelas comunitaria.


Aunque la situación sea esta, somos conscientes de que poco a poco, con ayuda de todos, los problemas irán disminuyendo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Fin de semana en Kelo

El fin de semana ha estado lleno de anécdotas. Ha sido uno de los mejores desde que llegamos a Chad. Hemos podido salir un poco de la rutina y hacer muchas cosas ya que como os dijimos, viajamos a Bere y a Kélo en moto.

Salimos de Lai en dirección a Bere, un pueblo situado a tan solo 20 km del nuestro donde se ubica otra CECI, pudimos recoger algunos datos necesarios para nuestro trabajo y conocer a todos los que trabajan allí. Pudimos llegar a comer a Kélo, donde hemos pasado la mayor parte del fin de semana.

Solo el viaje hasta Kélo fue toda una aventura, debíamos coger una pista de arena rojiza y sin asfaltar, todo recto durante 65 kilómetros y llegar a nuestro destino. Pese a su sencillez, para nosotros todo el camino estuvo lleno de sorpresas. Aunque ya está finalizando la época de lluvias aún quedan muestras de su efecto por los caminos. Existen todavía algunos charcos y barrizales que conforme deje de llover irán despareciendo haciendo de los caminos rutas más transitables, ya que en plena época de lluvias algunos permanecen cortados.

Al igual que en la ciudad, por las pistas sigues viendo animales que cruzan por ellas tranquilamente, pequeños poblados o asentamientos de familias de agricultores o poseedores de ganado, colegios, niños y comerciantes, que además de vender comida también venden gasolina. Y todo tipo de medios de transporte, bicicletas, motos, carros, alguna furgoneta averiada o abandonada y los famosos autobuses que desplazan a un gran número de personas incluidas sus pertenencias. Nos cruzamos con uno de ellos que, debido a los charcos y al barro de la carretera, se había quedado atrapado. Todos los pasajeros se bajaron de él y a la vez y junto al conductor, metidos en el barro hasta las rodillas, empujaban con fuerza para poder sacarlo.

Una vez en la ciudad, hemos tenido la oportunidad de pasar el tiempo con muchas personas. Estuvimos con M. Ángeles, una monja española que vive al lado de Saint Cyrille, el Centro Cultural de Kélo, y se dedica, entre otras cosas, a ayudar a los enfermos de Sida, uno de los principales problemas del país. Ha trabajado muchos años en el Congo, nos encanta hablar con ella, tiene una gran experiencia y desprende mucha simpatía y positividad.

Por la noche recibimos una llamada inesperada que nos hizo muchísima ilusión pese a que nos pillase un poco dormidos ya que aquí el ritmo del día es algo diferente…

Tuvimos tiempo para pasar la mañana con Vitoren y Bartolomeu, nos hizo mucha ilusión porque Vitoren, nos invito a su casa para comer la “Bola”, plato típico de aquí y que comen a menudo. Se trata de una bola compacta de harina y agua acompañada por una salsa, en esta ocasión, acompañada de una salsa de espinacas y carne. Siguiendo al anfitrión nos la comimos con las manos, cogiendo pedazos de Bola y mojándolos en la salsa.

Además de ser el cocinero de Notre Dame en Kelo que nos alimento los tres primeros días de nuestra existencia aquí, ha creado junto a algunos amigos, un centro de formación para jóvenes, talleres de formación donde se enseñan los oficios de ebanistería, costura, albañilería y mecánica. El taller de costura ya está en marcha, pero para iniciar la actividad de los otros se debe primero comprar el material y aun se carece de financiación, para lo cual pedimos desde aquí colaboración a quien lo desee.

La mayor anécdota del viaje la protagonizó Papa, un amigo de Kélo con el que estuvimos por las tardes. Reconocemos otra vez que nuestro francés no es del todo perfecto, entendimos que antes de marcharnos nos debía traer un regalo, unas frutas de las que nos había hablado el día anterior, lo cierto es que cinco minutos antes de partir apareció con tres gallinas y un gallo que nos regalaba para comer. Siempre está pendiente de nosotros para que estemos bien alimentados. El problema es que aquí los animales para comer se compran vivos, por tanto, nos vimos subidos en la moto con las mochilas, los cascos y dos pollos vivos atados por las patas y aleteando en cada mano. Por suerte, finalmente nos pudieron traer los animales hasta Lai unas hermanas que venían el mismo día en coche. Ahora pasean por el jardín de nuestra casa, ya tranquilos después del viaje, pero con los días contados.

Finalmente otra de las cosas que queríamos contaros es el comienzo de la campaña de microcréditos dentro de las cajas de Lai, Kélo y Bere, en tan solo unos días se empezaran a conceder, por el momento estos irán destinados a la escolarización de los niños y a ayudar al pequeño comercio, seguiremos hablando mucho de este tema y estamos seguros de que los esfuerzos que realizan muchas de las personas que trabajan en todos estos proyectos se verán recompensadas al ver como avanza y las mejoras en la calidad de vida de la gente de aquí.